La fórmula de Wilson: ¿la fórmula mágica para optimizar la gestión de sus existencias?
Cuando se está a cargo de un almacén, saber exactamente qué cantidad comprar de un determinado producto puede convertirse rápidamente en un verdadero quebradero de cabeza. En otras palabras, ¿cómo evitar el exceso o la falta de existencias, ambas cosas costosas para la empresa?
Afortunadamente, la fórmula de Wilson está ahí para acudir al rescate de su función logística.
Pero, ¿se adapta este método a la realidad de su empresa?
Para averiguarlo, lea este artículo para saber cuándo utilizarla y cómo aplicarla, con ejemplos concretos de cálculos.
¿Qué es exactamente la fórmula de Wilson?
Definición de la fórmula de Wilson
La fórmula de Wilson es una fórmula matemática cuyo objetivo es determinar la cantidad óptima de productos por pedido (o lote económico) y, por extensión, la frecuencia de los pedidos.
Creada por el ingeniero estadounidense Ford Whitman Harris en 1913 y desarrollada posteriormente por R.H. Wilson en 1934, también encontramos el modelo de Wilson con los siguientes nombres:
- EOP, o Cantidad Económica de Pedido,
- Cantidad Económica de Pedido,
- Fórmula del Lote Económico.
¿Qué es la fórmula de Wilson?
En términos prácticos, la fórmula es la siguiente.
Para entender mejor cada componente :
- Q es la cantidad óptima de pedido,
- D es la demanda anual de la materia prima pedida,
- K es el coste asociado a cada pedido realizado,
- G es el coste de almacenar una unidad de producto en el almacén durante un periodo determinado.
¿Qué está en juego?
El objetivo último del método Wilson es optimizar los costes de aprovisionamiento de la empresa.
Y, con razón, el responsable de logística se ve a menudo obligado a hacer equilibrios para encontrar la cantidad adecuada de productos a pedir (materias primas, productos para la venta directa, etc.) con el fin de
- Reducir los costes y las existencias,
- reducir los costes de los pedidos,
- y , en definitiva, garantizar una mejor gestión global de las existencias.
¿Cuándo se debe utilizar la fórmula de Wilson?
¿La fórmula de Wilson es una fórmula mágica?
Sí y no, porque su utilización depende de una cierta estabilidad en los criterios utilizados para calcularla: demanda de productos, precio de compra, costes vinculados a la cantidad de mercancías en stock, etc.., lo que dista mucho de ser una regla general en el tumultuoso mundo de la gestión de existencias.
Para entenderlo, veamos el método de cálculo en sí.
¿Cómo calcular la cantidad económica de pedido?
Paso 1: Determinar los distintos componentes
Para proceder al cálculo, empiece por reunir los siguientes componentes.
Conviene saber que algunos componentes se evalúan a lo largo de un periodo fijo. Este suele ser de 12 meses.
Demanda del producto, o D
Para determinar la demanda del producto, prevea cuántas unidades pretende vender, o utilizar para su producción, durante el periodo elegido.
Coste de pedido, o CO
¿Cómo calcular el coste del pedido?
Debe incluir
- los costes de realización del pedido, incluidos los relativos a los procesos contables y administrativos, la tramitación de facturas, etc,
- los gastos de transporte
- los costes de recepción de la mercancía.
💡 En realidad no hay una fórmula para calcular el coste de hacer un pedido. Como te habrás dado cuenta, todo depende de las particularidades de cada empresa.
Sin embargo, algunos expertos recomiendan definir el número de horas de trabajo asignadas a cada operación y luego convertirlas en dinero multiplicándolas por una tarifa horaria.
Ejemplo:
Coste de almacenamiento, o SC
El coste unitario de almacenamiento se calcula sobre un periodo determinado.
Implica tener en cuenta un gran número de parámetros, con el fin de evaluar los costes en que incurre la empresa debido a la presencia de existencias:
- mano de obra
- alquiler de edificios
- conservación y mantenimiento del almacén
- calefacción
- electricidad
- gastos de seguros,
- diferencias de inventario,
- costes de tesorería, etc.
☝️ Tampoco existe una fórmula mágica para los costes de almacenamiento. Depende de demasiados parámetros específicos de cada organización.
Paso 2: Haz los cálculos
Es hora de sacar la calculadora (o una hoja de papel y un lápiz, si eres un genio de las matemáticas) para aplicar la fórmula.
💡 Como recordatorio, la fórmula es la siguiente: Q=√((2D×CC)/CS)
El resultado es Q, la famosa cantidad económica del pedido.
Etapa 3: los otros cálculos que necesitas saber
Una vez calculada la cantidad económica, sin duda querrás saber el número de pedidos anuales que hay que hacer (N). Es muy fácil: basta con dividir :
- D (la demanda del producto)
- por Q (la cantidad económica del pedido).
¿Y la frecuencia de los pedidos?
Basta con dividir el número de días del año (aproximadamente 365) por el número de pedidos anuales que se van a realizar.
Ejemplo de aplicación de la fórmula de Wilson
La teoría está muy bien, pero la práctica es mucho más reveladora. Pongamos un ejemplo para ilustrar la aplicación del modelo de Wilson.
El minorista de calzado en línea Au Beau Soulier planea vender 5.000 unidades de su emblemático par de bailarinas negras de la talla 38.
El coste de hacer el pedido es de 40 euros.
El coste de mantener existencias es de 3 euros.
He aquí los cálculos que hay que hacer:
|
Por tanto, la cantidad económica de pedido es de 365 unidades.
👉 Para el número de pedidos anuales :
5000 / 365 = 13,69 |
Redondeando, nos salen 14 pedidos anuales para completar.
👉 Por frecuencia :
365 / 14 = 26,07 |
Por último, nuestro lote de 365 pares de bailarinas tendrá que pedirse cada 26 días a lo largo del año.
Ventajas e inconvenientes del método de Wilson
¿Las ventajas?
Como hemos visto, elegir el número adecuado de productos a pedir no es tarea fácil:
- Si se piden pocos, aumenta la frecuencia y, por tanto, el coste de los pedidos. En pocas palabras, siempre es más barato pedir 1 par de bailarinas 1.000 veces que 1 par de bailarinas 1.000 veces.
- Si hace demasiados pedidos, reducirá el coste de los pedidos... pero también aumentará el coste de mantenimiento de existencias.
La fórmula Wilson garantiza una mejor gestión de las existencias, sin excesos ni carencias. Y eso supone un ahorro para su empresa.
Además, el método ayuda a evitar las roturas de stock: usted sabe exactamente cuántos productos necesita comprar y con qué frecuencia.
Por último, una de las ventajas innegables de la fórmula Wilson es su sencillez de aplicación, que paradójicamente es también su principal limitación.
... y los inconvenientes
Si este método parece sencillo, es porque está condicionado por una cierta regularidad en todos los parámetros a considerar en su cálculo.
En otras palabras, su eficacia depende de que se cumplan una serie de condiciones:
- La demanda del producto (frecuencia y cantidad) es estable a lo largo del año. En consecuencia, la fórmula de Wilson presenta rápidamente límites para los bienes sujetos a una fuerte estacionalidad.
- El precio de compra varía poco o nada. Si se encuentra en un mercado en el que los precios fluctúan, como suele ser el caso de las materias primas, Wilson no le será de mucha ayuda.
- Los costes de almacenamiento permanecen estables. Pero a menudo surgen imprevistos, como los costes laborales.
Por último, el método de Wilson no tiene en cuenta :
- La creciente volatilidad de los mercados, que obliga a constituir stocks de seguridad,
- las incertidumbres de los proveedores, aunque los riesgos en términos de plazos de suministro siguen siendo muy reales.
Así pues, la fórmula de Wilson no es siempre una fórmula mágica. Es más, si su empresa no cumple las condiciones de coherencia antes mencionadas, el software de gestión de inventarios resultará ser un aliado mucho mejor.
Sin embargo, el método Wilson sigue siendo una buena herramienta, porque puede guiar al gestor de existencias y mostrarle la dirección que debe seguir. A continuación, le corresponde a usted tomar la distancia necesaria con respecto a los distintos datos, para mantenerse lo más cerca posible de la realidad de su empresa.
La fórmula de Wilson en pocas palabras
La fórmula de Wilson ha demostrado ser una herramienta valiosa para optimizar la gestión de existencias en las empresas, ya que permite encontrar el equilibrio ideal entre los costes de pedido y los costes de almacenamiento.
☝️ Sin embargo, su eficacia depende de la estabilidad de varios parámetros, lo que limita su aplicación en contextos más volátiles.
Así pues, aunque es sencillo y práctico, es esencial adaptarlo a las características específicas de tu empresa para sacarle el máximo partido.