La diversidad en el trabajo: ¿realidad o cuento de hadas?

Junio es conocido como el mes del Orgullo y pareciera que nadie quiere quedarse por fuera de la celebración, sobre todo las empresas que, durante algunos días, visten sus marcas de colores, buscando así enviar un mensaje de apoyo.

Aunque en el entorno laboral español se constate un avance en materia de diversidad e inclusión, las agresiones y discriminaciones contra la comunidad LGBTTTIQ+ siguen estando presentes.

Cabe preguntarse entonces hasta dónde las organizaciones están realmente comprometidas con generar un cambio desde su cultura empresarial y hasta dónde es solo una estrategia de comunicación pasajera.

España, ¿cómo vamos?

En materia de derechos de las mujeres y colectivos LGBTTTIQ+, España bien puede ser un referente internacional. Desde el Ministerio de Igualdad, a la cabeza de Irene Montero, se ha buscado valorar la diversidad sexual, de género y familiar, como un medio para enriquecer la cultura, la democracia y la sociedad del país.

Por otro lado, iniciativas como el Proyecto Europeo ADIM, buscan maneras de avanzar en la gestión de la diversidad en el sector público y privado, a partir de acciones como:

• Evaluar cualitativa y cuantitativamente los climas y políticas organizacionales en relación con la inclusión en diferentes empresas y universidades,
• identificar las percepciones y experiencias de las trabajadoras y trabajadores de tales organizaciones respecto al colectivo LGBTI.

Todos estos esfuerzos constituyen un buen punto de partida y sientan las bases del progreso, pero todavía queda mucho por hacer. Justamente, según un informe publicado recientemente por ADIM, un 15% de las personas LGBTTTIQ+ han evitado participar en actividades relacionadas con su trabajo para evitar tener que hablar de su vida personal.

El marco de acción de las empresas

Como sociedad y como tejido empresarial, hay que seguir avanzando en el compromiso por asegurar la equidad. ¿Qué soluciones concretas pueden implementar las compañías?

Asesoría y acompañamiento

Cambiar tradiciones va más allá de tener una buena intención. Generalmente, es necesario una sensibilización en el tema y un acompañamiento que permita poner en práctica las políticas o iniciativas trazadas. En otras palabras, pasar de la teoría a la práctica.

En este sentido, las empresas pueden apoyarse en grupos o asociaciones desde las cuales se propenda por fomentar un ambiente inclusivo y respetuoso en las organizaciones, como es el caso de REDI (Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI) y que se enfocan en acciones como:

• El networking,
• la consultoría,
• la formación y sensibilización,
• las publicaciones y visibilidad.

Los ERG

Para ir más allá de un cambio de aspecto durante algún tiempo, las empresas pueden apostar por la implementación de iniciativas y políticas que favorezcan la diversidad.

Dentro de este marco, la creación de grupos internos, capaces de influenciar las decisiones empresariales en pro de la creación de un entorno positivo y seguro para todo el mundo, constituye una estrategia eficaz y fundamental.

Los ERG (Employee Resource Group) son redes de personas voluntarias que buscan hacer avanzar la empresa en sus objetivos de inclusión y diversidad.

Una tecnología desprovista de sesgos

La tecnología también tiene su grano de arena que aportar. Desde facilitar la conexión a espacios y servicios más respetuosos e inclusivos con el colectivo, hasta garantizar que los algoritmos y herramientas utilizadas para la selección y el reclutamiento del talento, estén desprovistos de sesgos.

Creando el mundo que queremos

Las opciones que tienen las empresas para impulsar el cambio no son pocas y el trabajo que queda por hacer aún es mucho.

Como dijo la comediante australiana Hannah Gadsby: “La diversidad es una fortaleza y las diferencias son nuestros maestros. Teme a lo diferente y no aprenderás nada”.